Pasa un mes, pasa febrero, pasa rápido que ni se ha dado cuenta. Marco Antonio va contando los días que faltan para irse, para cambiar de rutina. Todavía no le ha dicho nada a su madre, ¿cómo lo haré?- piensa.
Una mañana, el sol se asoma por su ventana, Marco Antonio tapa sus ojos con su almohada pero no puede evitarlo, ya está despierto. Debe decirle a su madre. Se levanta despacio y va hasta su baño para lavarse la cara y los dientes, mientras va caminando recuerda cada segundo de aquella noche, cada movimiento, y se detiene a pensar que ya ha pasado un mes.
¿Tán rápido? No puede ser, si así se pasarán los momentos mientras yo esté en Valencia no valdrá la pena.- piensa.
Tras despertarse un poco, baja a la cocina donde se encuentra su madre preparando el desayuno. Y Marco se aproxima para hacerle la pregunta…
-Mamá, he decidido algo.
-¡Qué vas a estudiar algo!- Dice su madre con alegría.
-No…
-Ah- expresa Mercedes con desilusión.
-Quiero ir al Mediterráneo para enseñarle a niños a surfear.
-¿De qué estás hablando Marco?, ¿Es en serio?
-¡Claro!, ni modo que te esté mintiendo.- Afirma Marco Antonio con una sonrisa.
-Pues en ese caso si tú quieres irte para allá tendrás que pagar, por lo menos, la mitad del pasaje tu solito. Ya va siendo hora que te independices un poco. Así que deberías de ir comenzando a buscar un trabajo.
-Ok, no necesito de tu dinero, y te lo voy a demostrar- Finaliza Marco con seguridad.
Unas horas más tarde, Marco Antonio está sentado en su ordenador viendo el precio de los pasajes, se está llevando un gran asombro. No puede creerlo, 2739.87 euros. ¿De dónde voy a sacar el dinero? Ni siquiera trabajando por cuatro meses como camarero me daría para pagar esa cantidad. Necesito algún trabajo, una forma de encontrar todo ese dinero y marcharme.
Marco Antonio decide llamar por teléfono a su padrastro, que debido a sus viajes, ahora se encuentra en Berlín.
-Hola Frank, necesito tu ayuda. ¿Qué trabajo puedo conseguir para ganar dinero rápido e irme a España?
-Marco, ¿realmente me llamas para eso?
-No, te llamo para decirte que te extraño mucho- Dice Marco con un tono totalmente sarcástico.- Es en serio, por favor, necesito ayuda.
-Vale, si sabes que eres musculoso, y estás orgulloso de tu cuerpo, podrías presentarte en una compañía de modelaje o ir a un casting para participar en un anuncio.
-Es buena idea, ¿qué pasa si no me aceptan?- pregunta Marco.
-Pues, tendrás que considerar el empleo de camarero…-Dice Frank.
-Bueno, iré a ver qué tal me va, ¿vale?
-Vale- Finaliza Frank la conversación.
Marco, cuelga, se viste con una camiseta azul de rayas y unos bermudas beige, coge el coche descapotable que le regaló su padrastro hace un año, sale del garaje y acelera. Pasa por las calles a una gran velocidad, siente como el viento golpea sus mejillas y empuja hacia atras su larga y oscura cabellera.
Marco llega, llega a ABC y se moviliza hasta la sede de ABC sports donde hay un casting para chicos. De repente aparece una mujer, corta de estatura, pelo rubio por los hombros y algo robusta. Marco Antonio mira a su alrededor, tiene mucha competencia. No entiende ni siquiera como ha considerado esta idea, prefiere ser camarero. En el momento en el que se está retirando sigilosamente, un chico lo ve y se le acerca.
-Hola, soy James, ¿por qué te vas?- James era un chico muy guapo, alto, pelo castaño, ojos pequeños y oscuros y unas pecas que le hacían resaltar sus mejillas.
Marco Antonio no sabe que responderle. No podía decirle, bueno, a mi casa, es que chicos como tú me intimidan, realmente le daba un poco de vergüenza.
-Es que hay mucha gente, y mi novia me espera temprano para almorzar.
-¿Ah sí?- Pregunta James, tratando de conseguir la verdad de alguna forma.- Y, ¿Cómo se llama tu novia?
-Pues… Cecilia, sí, Cecilia.- asiente él con la cabeza, buscando el mismo su propia aprobación
-Bueno, está bien, yo sólo te digo que, muchos chicos aquí vienen y se sienten intimidados por hombres tan bien formados como tú.
Marco Antonio nota una mirada totalmente extraña, y se queda asombrado. James pilla su expresión al momento y rápidamente intenta detener los malos pensamientos ue pasan por la cabeza de Marco.
-Sí, acertaste, soy gay, pero tengo novio.
Marco da un suspiro y muestra su alivio, por un momento pensó que este chico se le estaba insinuando.
-Y aparte, no eres mi tipo.- aclara James.
-Vale, pues me voy – Dice Marco
Marco se va alejando cuando oye a James.
-Mándale saludos a tu novia imaginaria de mi parte- Ríe James.
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