Quince horas de adelanto, en un país mucho más lejano, un chico moreno baila con una chica, guapa de pelo castaño, rizado y con unos resaltantes ojos azules, le besa y no siente nada. Dominado por el efecto del alcohol, le coge de la mano y se la lleva a un almacén de la discoteca.
Comparten besos, labios con sabor a alcohol, una sensación de alegría y manos descontroladas hambrientas de deseo. Marco le besa en su largo cuello, mientras le desabotona la camiseta, la chica también sometida a la emoción del momento le desabrocha el pantalón, y en un almacén debajo de una discoteca Marco, vuelve a sentirse hombre, vuelve a hallarse alegre, y lo más importante es que ya Jessica quedó situada en un pasado muy lejano a él. Lo que le hace pensar, que el sexo es el billete gratis de salida a todas las preocupaciones.
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