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martes, 12 de julio de 2011

VIII

Un 27 de enero, temprano en la mañana. Marco Antonio se pone su bañador, coge su tabla y un botellita con agua. Mientras va bajando oye como titila su móvil, es Katie, le ha enviado un sms.
-¿Te vienes a una fiesta esta noche?Te paso buscando.
-Sí, vale- teclea Marco sin pensarlo dos veces.
Marco se pone a pensar. Tengo como dos meses sin ir a una fiesta, sin disfrutar, sin liarme con ninguna, realmente estoy hecho un santo, necesito despejarme un poco.
 Cuando está saliendo por la puerta decide que hoy no le apetece ir a surfear y se regresa a su habitación, se quita el bañador y se pone unos pantalones y una camiseta para hacer deporte, baja velozmente por las escaleras, abre la nevera y saca un gatorade de naranja. Se detiene a pensar en Jessica pero recuerda que eso quedó en el pasado.
Corriendo piensa en la fiesta de esta noche, que hará. Al día siguiente con quien se levantará, como lo hará. Si conocerá a alguien o no.  El está pensando cuando de repente nota como alguien le pone la mano en el hombro, Marco brinca del susto y lo ve allí, su mejor amigo, Paul, no lo había visto desde que terminaron el instituto. No había pasado nada trágico, sino que ambos continuaron sus vidas. Paul, rubio, ojos claros, de corta estatura y corredor, sueño de ser neurocirujano.
-¿Qué tal Paul? Mil años sin saber de ti.
-Pues igual, me imagino que has estado surfeando y haciendo esas cosas que te gustan y ¿cómo esta Jessica?
-Si surfeando… Jessica ya no está aquí en Sydney, de hecho, se mudó a los Estados Unidos para estudiar en una academia de modelaje de Wyoming.
-¿Pero han terminado o no?
-Paul, eso está claro.
-Ah vale, vale, perdona.- Paul se siente un poco avergonzado.
-Cuéntame de ti, que ya yo he dicho mucho de mi.
-Entre en la universidad, ¿puedes creerlo?- Paul enmarca una gran sonrisa en su rostro.
-Te felicito de verdad, es increíble.
-Tú no has decidido hacer otra cosa, ¿no?
-La verdad es que no, mi vida ha sido el surf y siempre lo será.
-Si bueno, hasta que conozcas a una chica que te demuestre que no todo es el surf. Tu vida, tu amor y luego, tus pasiones. –Dice Paul, tan seguro de sus palabras.- Creeme, ¿te acuerdas cuando mi pasión era correr? ¿Y quería ser fondista?
-Claro que lo recuerdo, era gracioso y todo.
-Hoy en día quiero ser neurocirujano, imagínate.-Ríe Paul
Marco se seca el sudor, bebe un poco de gatorade y sigue corriendo al lado de Paul. Pero a este tío ¿qué le pasa? Mi vida es mi problema, el no es quién para entrometerse en mis decisiones. Pero por una parte tiene razón, cuando tenga sesenta años, ¿seguiré surfeando? Pero si no podré, entonces, ¿de qué viviré?, piensa.
-…Entonces Mariana llegó a mi vida así de repente.- Dice Paul. –Las casualidades de la vida, ¿no?.
-Sí, si claro- Marco asiente con la cabeza aunque no tiene ni idea de que está hablando Paul. –Oye hoy me han invitado a una fiesta, si quieres te llamo y te vienes, ¿va?.
-Pues sí, ¿puedo llevar a Mariana?- pregunta preocupado.
-¡Claro!, aunque yo no sé donde es, va a venir una amiga a recogerme, si quieres te vienes con nosotros en el coche.
-Pues muy bien.
-Está bien, nos vemos a la noche.
Paul, agiliza el paso y en unos minutos ya Marco Antonio ni logra verle. Marco, piensa, piensa en el, piensa en que hará todos estos meses, cuando rápidamente, le viene un flash y se imagina a el surfeando por las playas de Sudáfrica.
Después de una hora corriendo llega a casa, acalorado y sudando, coge una botella de agua y se la bebe toda de un sorbo. Sube corriendo a su habitación, todavía con la idea de irse a Sudáfrica, prende su Mac, y comienza a buscar viajes. Nada le convence, luego busca viajes para Hawaii y tampoco, no está seguro. Hasta que ve un anuncio que dice, “Aprende a surfear en el mediterráneo”, abre ese gadget y observa las opciones, Italia, Grecia o España, en vista de que el habla español por sus orígenes colombianos elige la opción de España, tiene dos alternativas, Valencia o Alicante, entonces le pregunta a Frank, su padrastro,  y debido a su experiencia como turista le recomienda Valencia, ya que es una de las ciudades más importantes de España. No sabe qué es, pero hay algo de allí que le llama la atención. Quizás hasta podría dar clases, pero cuando se da cuenta, allá es invierno, de nada le serviría ir ahí ahora. Pero piensa en las estaciones de Europa y considera que junio sería el mes perfecto.

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